Descripción
Bosque importante en Navarra; ya que debería copar las tierras situadas por debajo de los 600-700 metros de altura. El uso que los humanos han realizado de él, mejor dicho de su madera, ha incidido en una rebaja en su área de distribución, aunque en Navarra la reducción en comparación con los territorios limítrofes del norte, sobre todo Gipuzkoa y Bizkaia ha sido mucho más bajo. El robledal se ha sustituido por prados, zonas urbanas, polígonos industriales y sobre todo para plantar monocultivos de coníferas. Las mejores condiciones climáticas para la especie se sitúan en bosques húmedos de temperaturas templadas, sin mucho frío, en conclusión las zonas más propicias son los fondos de valle y las lomas más soleadas. Tiene un alto poder de adaptación; pudiendo dominar terrenos muy pendientes, suelos pobres o suelos ricos de llanuras. Los robledales no son especialmente sombríos; por ello el sotobosque es rico, con presencia de hierbas, arbustos y otros árboles de bajo porte.
Especie representante
El roble pedunculado (Quercus robur) es caducifolio. De hoja simple y lobulada; no tiene pelos, y los bordes son lisos. Planta monoica, cuyas flores macho se suspenden en gerbas, y las flores hembras son múltiples, dos o tres ligadas a un pedúnculo. La flor macho suele ser verde, y las hembras en cambio, amarillo rojizas. Los frutos son bellotas, y aparecen en la punta de los pedúnculos. Vive en climas suaves sin períodos secos, en suelos profundos y frescos. Prefiere los suelos silíceos.
Especies acompañantes
- Hongos: Craterellus cornucopioides, Boletus edulis, Hydnum repandum, Hygrophorus marzuolus y Cantharellus cibarius.
- Arbustos: Rubus ulmifolios, Erica vagans, Frangula alnus, Cornus sanguinea y Eonymus europaeus.
- Árboles: Castanea sativa, Populus tremula, Betula pubescens, Fraxinus excelsior, Tilia platyphyllos, Ulmus glabra, Prunus avium y Acer campestre.
- Helechos: Blechnum spicant, Hypericum pulchrum, Pteridium aquilinum, Dryopteris felix-mas y Dryopteris dilatata.
- Invertebrados: Helix aspersa, Lucanus cervus, Cerambix cerdo, Arctia festiva y Thaumetopoea processionea.
- Anfibios: Salamandra salamandra, Lissotriton helveticus, Ichthyosaura alpestris, Alytes obstetricans, Bufo spinosus y Rana temporaria.
- Reptiles: Anguis fragilis, Podarcis muralis, Natrix astreptophora, Zamenis longissimus y Vipera seoanei.
- Aves: Phylloscopus Bonelli, Ficedula hypoleuca, Regulus ignicapilla, Sitta europaea y Fringilla coelebs.
- Mamíferos: Vulpes vulpes, Neomys anomalus, Sorex granaries, Eliomys guercinus y Martes foina.
Tipos de robledal presentes en el valle de Larraun y alrededores
a) Robledales pelosos navarro-alaveses.
b) Fresnedas y robledales eutrofos cantábricos.
c) Robledales eutrofos navarro-alaveses.
d) Robledales de roble albar.
Elementos del paisaje asociados con los robledales
Robles trasmochos se denominan a los ejemplares de roble que se podan de forma periódica cortando por fases algunas de sus ramas (en ocasiones bastantes de ellas). Los cortes se efectúan a cierta altura con el fin de que el ganado no pueda alimentarse de los nuevos brotes. Sobretodo se trasmochan las hayas, pero tanto robles como otras especies de árboles caducifolios también han sido gestionadas de la misma forma. Ésta ha sido una técnica empleada por labradores de distintos países para la obtención de madera, combustible y alimento para el ganado, sin dar muerte al ejemplar. Estos árboles han sido elementos identificativos del paisaje agrícola, al tiempo que forman parte de la cultura del pueblo. En cuanto a edad, estos árboles suelen ser muy viejos, y disponen de oquedades y de madera muerta, por lo tanto se constituyen como un elemento de los agroecosistemas que añade valor desde el punto de vista ecológico.
Las técnicas tradicionales empleadas para la gestión y/o protección de los árboles trasmochos se acaban de declarar Patrimonio Inmaterial de la Cultura. Está relacionada con la etnobotánica, forma parte del paisaje-cultural, conocimiento de la naturaleza, arquitectura tradicional y las técnicas de gestión/conservación, están relacionadas con técnicas artesanales que forman parte de la tradición. Esta técnica ha sido transmitida generación tras generación, y ha sabido adaptarse a los cambios sociales y técnicos. Sin embargo los árboles trasmochos tienen algunas amenazas, por un lado la despoblación de los pueblos pequeños, y relacionado con esto último, la falta de poda de algunos árboles que presentan un riesgo muy elevado de rotura, y por consiguiente su muerte. La gestión periódica es necesaria, en este caso la poda, pero en ocasiones resulta dificultoso, porque exige unas prácticas de gestión correctas y muy concretas. Se debería disponer de pautas de gestión claras para una correcta gestión, pero en ocasiones resulta difícil, porque existe una falta de conocimiento o mejor dicho de transmisión de conocimiento sobre el modo correcto de gestión de árboles trasmochos, y un hecho que resulta paradójico, los resultados de las podas se suelen observar a largo plazo, desconociendo si las podas realizadas han sido satisfactorias o han terminado por dañar a los ejemplares.